C R Í T I C A                       SCHOOL KILLER

Lo bueno de una película como School Killer, opera prima del director Carlos Gil, es que a los dos minutos de metraje ya sabemos a lo que nos enfrentamos cuando oímos como una chica del grupo de protagonistas que efectúa su sigilosa entrada en un misterioso y fantasmal colegio deshabitado comenta: “¿alguien ha visto Scream 3?”; el problema es que se suceden los minutos sin percibir nada mínimamente atractivo y así hasta su conclusión.

La sinopsis de tamaño bluff es sencilla: un grupo de adolescentes se acercan una fría noche a vivir una experiencia existencial pasando la noche en un siniestro colegio abandonado, donde había estudiado el padre de uno de los chicos unos veintipico años atrás, y son masacrados por el serial killer de turno, un malísimo Paul Naschy rescatado de las catacumbas, al parecer el antiguo portero del colegio que sigue velando por el mantenimiento de las rectas costumbres en el mismo.

El invento no oculta su vinculación con los referentes yanquis para consumo de adolescentes de encefalograma plano, de hecho en el grupito hay el típico gracioso que cámara en mano va grabando todo lo que ocurre al más puro estilo de El proyecto de la Bruja de Blair, si bien las intenciones y resultado son muy diferentes, pues este invento no pasa de ser un puro ¿divertimento? comercialoide para adolescentes que aprovecha  el tirón Naschy para su difusión entre los fans del género. Pero es que encima el film deviene en insulto para la agudeza intelectual de este público objetivo del invento pues el susodicho está trufado de pasajes que a modo de moviola, ¡ah! y en blanco y negro, nos recuerdan escenas anteriores del metraje para subrayar algo por si alguien se lo ha perdido, olvidado o estaba pendiente de las palomitas en ese momento, y nos faltan dedos en ambas manos para numerar semejantes redundancias. Igualmente redundantes son los cambios de escena consistentes en un travelling aéreo del patio del colegio con el todoterreno de los chicos allí aparcado como si de la típica serie televisiva se tratara donde el omnipresente horizonte urbano cierra y abre las escenas.

 

Naschy, en un bastante pobre papel, interpreta a un asesino sin fondo, pues nada se nos dice acerca de las “profundas” motivaciones que le impulsan a degollar a todo bicho viviente, se convierte así en un simple killer on the loose al más puro estilo del cine de terror ochentero, francamente superado. Los momentos gore me han parecido bastante comedidos, hasta ahí llega la discreción. Ni que decir tiene que el resto de personajes, interpretados por actores poco o nada conocidos, no tienen el menor calado pues predomina el plano general que no comprometa a grandes proezas actorales. Digamos que a media película, el chico cabezilla del grupo, aquel cuyo padre fue antiguo estudiante del maldito colegio, explica al resto del grupo como la historia se había repetido años atrás y retrocedemos en un flashback a los años 70 donde asistimos a la misma body count -otra reiteración-, con el grupo de amiguetes del padre joven. La diferencia es que los jóvenes a principios de los 70 estaban más salidos, si se me permite la expresión, y más fiesteros que en la actualidad. Se plantea así una especie de cuento gótico en el que esas presencias de años atrás se hacen reales cual presencias fantasmales a los chicos actuales pero insuficiencias de guión para manejar al mismo tiempo ambas historias no terminan de salvar el desaguisado. También chirriante resulta el sempiterno recurso a la habitual banda sonora eminentemente roquera, fuera de lugar en algunas escenas supuestamente aptas para un sonido más climático o terrorífico, pues nada: abuso del consabido soniquete metalero.

La película, si bien se sigue sin caer en el mortal aburrimiento en busca de algo salvable, pese a su falta de ritmo o visible dejadez en determinados momentos, sin que llegado el final ni siquiera alguna de las variables de guión que se han esbozado queden mínimamente resueltas si es que hay algo que se pueda arreglar. Como anécdota, descubro que en mi edición en DVD hay una banda de sonido con los comentarios del director siguiendo el transcurso de la película; ¡si lo sé …!
 

Calificación: 3 (sobre 10).

Gim lover Nº1, octubre de 2003.

 


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Cartel de la edición del DVD alemán


Un grupo de adolescentes se acercan una fría noche a vivir una experiencia existencial pasando la noche en un siniestro colegio abandonado


Esas presencias de años atrás se hacen reales cual presencias fantasmales a los chicos actuales


Simple killer on the loose al más puro estilo del cine de terror ochentero



Aprovecha  el tirón Naschy para su difusión entre los fans del género